La gente apoyó al principio y se decepcionó con el juego del equipo.-
Es cabulero Mostaza Merlo, se sabe, pero arrancar perdiendo -como ocurrió en el campeonato del 2001- esta vez no le permite maquillar este empobrecido presente. En su regreso a Racing después de seis años, fue el único ovacionado por los hinchas, que terminaron enojados por enésima vez con los jugadores. Creían que Mostaza podía reencarnarle el alma a este equipo. No hubo caso: Racing no tiene fe, cayó en un agujero sin fin.
Quiso ilusionarse la gente, porque con la vuelta de Merlo -es su tercer ciclo- el orden tenía que llegar. El técnico mostró mano dura al haber limpiado a Pelletieri y a Migliónico, pero Racing hace agua por todos lados. Ni Merlo que tiene estadística favorable en el club (52% de efectividad: ganó 35, empató 28 y perdió 22) arrancó con el pie derecho en este equipo que se devoró a 4 técnicos en el torneo.
Nada le sale bien a Racing. Parece el colmo, jugó con un triple cinco si se quiere (Villar-Rolheiser-Zuculini). Y perdió la mitad de la cancha. La paciencia de los hinchas fue un espejismo. Ya a la media hora, con el 1 a 0 abajo, empezaron a cantar, “ ohh, si no ponen huevos, cómo quieren, que ganemos ”. Pensar que apenas salió Merlo (obtuvo un permiso provisorio para dirigir) cantaron que de la mano, “ del paso a paso a paso, todos la vuelta vamos a dar ”.
Estaba bien empilchado Mostaza , de saco negro con pitucones claritos en los codos, pero este equipo no estuvo a la altura de la noche. El primer gol lo desmoronó, es como una persona con la resilencia afectada, cualquier piña que recibe lo deja patas para arriba. Intentó con los cambios, pero ni Hauche ni Roger Martínez pudieron ayudarlo.
Tiene una crisis existencial Racing, no hace goles, ni siquiera los sueña. Vietto, el pichón de crack, buscó en sus corridas ganar confianza, sigue siendo bueno, se le nota, pero la cabeza le enredó las intenciones. Hauche mostró ganas, pero cuando entra no trae goles. Y sí, Racing tiene el Demon io adentro. Ni la épica le alcanzó a Merlo, a los gritos, sobre el final, lo mandó a Cahais a jugar de 9, ni así se pudo. La imagen del final es la de Merlo yéndose rápido por el túnel y los hinchas desaforados con los jugadores, uno de ellos, Saveljich, tenía el rostro ensangrentado, herido, era la cara de Racing.

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