Ghana se había quedado con los dos únicos choques previos. Los de Klinsmann acertaron al comienzo y al final.
Estados Unidos logró cambiar la historia. Con un inicio electrizante; con esfuerzo y sufrimiento después. Porque hasta el choque de ayer, Ghana se había llevado la victoria en los únicos dos antecedentes que tenían, ambos por Mundiales, por 2-1. El equipo de Klinsmann, ahora, tendrá un partido decisivo ante Portugal el próximo domingo.
Toda planificación queda en la nada cuando en el primer suspiro del partido un equipo convierte el primer gol.
Y sucedió cuando apenas habían pasado 29 segundos . El gol fue tan veloz como la jugada. La inició por la banda izquierda Beasley, se alargó para Jones, quien de inmediato habilitó a Dempsey. El capitán encaró, se metió en el área y con un zurdazo cruzado madrugó a todos. Con ese gol de Dempsey, el quinto más rápido en la historia de los Mundiales, Estados Unidos ganaba 1-0 y todavía no había hecho nada.
El desafío, entonces, era justificar esa rápida ventaja. Los africanos necesitaban recuperar fortalezas. Estados Unidos se mostraba más seguro pero comenzó a desconcentrarse con la lesión de Altidore. De a poco, Ghana se adueñó del balón y buscó variantes para acercarse a Howard. Pero a la delantera africana le faltaba precisión y contundencia en el área rival.
En el segundo tiempo el dominio ghanés se profundizó. Los yankees cedieron pelota y terreno, apostando a definir el juego de contra.
Lo que no había podido concretar Ghana en los primeros 80 minutos, lo estaba resolviendo en el final. Llegó al empate también por una gran jugada colectiva, que incluyó un taco del capitán Asamoah Gyan y una definición de tres dedos de Andre Ayew. Ghana parecía más entero y se mostró decidido a buscar el triunfo. Pero Estados Unidos se adelantó unos metros, consiguió un tiro de esquina que, ejecutado por Suzi, encontró la cabeza ganadora de Brooks.
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