miércoles, 6 de noviembre de 2013

A Boca le duelen las lesiones, pero más le duele el rendimiento


“Peor no podemos jugar” fue la frase de Bianchi en la intimidad. Y, encima, Sánchez Miño se desgarró y agrandó la lista de ausentes.-

“¿Qué vamos a decir? Tenemos que mejorar. Es la única manera de responder ante la gente”. La frase es de un protagonista importante del día a día de Boca. El hombre, conocedor como pocos del vestuario azul y oro, explica y enmarca el momento del conjunto de Carlos Bianchi en el torneo. La lectura implica un replanteo ante lo ocurrido en los últimos días. Turbulencia y reajuste, de eso se trata el ideario para afrontar la parte final del año. La búsqueda de soluciones implica varias cuestiones.
“Peor no podemos jugar”, cuentan que fue la frase con la que Bianchi definió, en la intimidad, a la actuación de su conjunto el último fin de semana. El entrenador de Boca entiende que es el momento de reacomodarse. La dualidad, que plantea a un equipo de actitudes dominantes como local y a un conjunto que ilumina sus carencias como visitante, deja al entrenador en la encrucijada de volver a buscar la esencia de su formación. El encuentro del domingo ante Tigre (que pasó al horario de las 16 para que Boca cuente con Agustín Orion) parece ser la mejor oportunidad en cuestiones de modo, tiempo y lugar. Mientras el equipo no logre resolver su problema de doble personalidad en el campo de juego, la idea de pelear el campeonato parece más un enunciado mediático que una certeza argumental.
El replanteo también implica un escollo físico. Juan Sánchez Miño, habitual titular en la nómina del entrenador, fue diagnosticado ayer con un desgarro en el sóleo de su pierna izquierda. El problema muscular del volante izquierdo volvió a poner en la agenda mediática a la seguidilla de lesiones que afectó a Boca a lo largo del año. Las explicaciones quedaron a cargo de Juan Manuel Alfano, el preparador físico del plantel. “Nos quita el sueño y nos da dolores de cabeza la situación. Obviamente lo hablamos, intercambiamos opiniones porque tener la mejor salud del plantel nos ocupa. Hay que ir para adelante y trabajar”, afirmó. Y explicó: “La metodología de trabajo no tiene correlación con las lesiones. Estas situaciones nunca las había vivido. Si así fuese el problema, bienvenido sea, porque sabríamos qué ejercicios son los que perjudican a los futbolistas y no los haríamos más”.
Más allá de la situación y del análisis de cada una de las lesiones, la ausencia de Sánchez Miño plantea un capítulo más de la semana del “rearmado”. El mediocampo que Boca deberá plantar ante Tigre será, a todas luces, una enorme novedad en lo que va del semestre. Como tampoco puede contar con Jesús Méndez, que acumula cinco amarillas, la primera opción para el costado izquierdo parece ser la improvisación de Franco Cangele. Por otra parte, Pablo Ledesma es una apuesta segura como volante central y Juan Román Riquelme, claro, será el enganche. La costilla derecha, entonces, queda para Cristian Erbes. Siempre que el Pichi no deba bajar al lateral. Muchas incógnitas.
La situación del replanteo se sostiene desde un Boca que está llamado a volver a ser . Desde los puntos, teniendo en cuenta su actualidad en la tabla, el saldo parece positivo. Pero la situación anímica y la irregularidad proponen permanentes altibajos en la construcción de una identidad que aparece de a ratitos. Por eso, habrá que ver si para el equipo de Carlos Bianchi, el reto de Tigre, a falta de cinco fechas para el final del certamen, es un escalón para el tropiezo o la oportunidad de pegar un ladrillo más a la incipiente pared que construyó con sus rendimientos ante Vélez, Racing o Quilmes. En la suma de argumentos, más allá de la tabla de unidades, estará el balance final. Por ahora, la turbulencia todavía sacude la nave.

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