ASUNCIÓN.- Autoridad, poder ofensivo, sociedades elegantes que transforman un avance en peligro de gol, en festejo. Ese fue el principal sello de la clasificación argentina al Mundial de Brasil 2014. Es cierto que todavía quedan dos fechas para el final de las eliminatorias, pero el plantel (al fin) puede celebrar el ansiado boleto a la cita mundialista. El camino no fue sencillo y vaya si lo sabe Alejandro Sabella, el hacedor de este equipo, que se emocionó en el final, que se abrazó con su cuerpo técnico y con los jugadores. Puños en alto y objetivo cumplido. Anoche esa fue la misión que se coronó con la goleada a Paraguay por 5-2. Vale aclarar que el local salió a jugar ya eliminado de la lucha por la clasificación, pero a la Argentina no le importó.
Más allá de la merecida clasificación y que encontró anoche un justo premio a tanto esfuerzo, el plantel sabe que todavía tiene cosas por corregir. Defensivamente sigue dando ventajas. Si bien puede ser un costo por el caudal ofensivo con el que sale a jugar los partidos, hay además errores individuales marcados en el fondo que no encontraron solución incluso con el cambio de nombres. Eso se notó en los dos tantos recibidos anoche por Romero.
Argentina disfruta el poder ofensivo y con simples movimientos genera situaciones que son aprovechadas por Messi, Agüero y Di María, pero atrás da ventajas y las sufre. El contraste fue notorio. Porque enseguida se puso en ventaja con un penal que ejecutó muy bien Messi (no hubo infracción sobre Agüero), pero pocos minutos después Paraguay consiguió la igualdad con un centro de Samudio desde la izquierda y un toque de Núñez que Sergio Romero -llamativamente- no pudo controlar. Es cierto que el pique le jugó una mala pasada al arquero, pero pudo haber ofrecido una mejor resistencia.
Mientras arriba no paraban de generar peligro entre Palacio, Messi, Di María y Agüero, abajo sufrían mucho entre Basanta, Coloccini y Campagnaro (en menor medida). Paraguay complicó con pelotazos frontales y un escalonamiento deficiente.
Pero la garantía de Sabella está arriba. El DT encuentra allí la tranquilidad. Hubo intentos de sociedades, sobre todo a partir de las entregas de Gago a Messi, y el segundo gol llegó con la participación del tridente , con un pelotazo de Palacio al punto penal para Messi; La Pulga transformó un pase con el pecho en una asistencia para Agüero, que anotó el 2-1 con un zurdazo cruzado.
Hubo un detalle interesante: el equipo argentino sabía que, por el poder ofensivo de Paraguay, debía cuidarse para no cometer infracciones en los últimos 30 metros, para no sufrir la pelota parada . Y eso lo hizo bien, ya que apenas cometió una falta (Basanta) en esos dominios.
Si al principio era implacable arriba, en la segunda parte redondeó una goleada a su antojo: de otro pase de Gago nació la corrida de Di María y la definición cruzada a la red. Messi anotó por duplicado, aunque a partir de otro error del árbitro: no hubo infracción sobre La Pulga. El 5-2 llegó tras una pared de Maxi Rodríguez con Lavezzi y la definición del volante de Newell's. Fue el final y el momento de los abrazos. Es que, en esta selección, todos se quieren anotar un festejo.
EN ASUNCIÓN
Siendo local Paraguay, también la Argentina registra mayoría de victorias (16 contra 12) y con 11 empates en 38 enfrentamientos. Por eliminatorias jugaron 16 veces (6 triunfos argentinos, 8 empates y 2 éxitos de Paraguay).
FIN DEL INVICTO GUARANÍ
Paraguay sumaba dos triunfos seguidos ante la Argentina y tres partidos sin perder. El último triunfo celeste y blanco había sido el 2-1 el 6
7/1997.
LOS ÚLTIMOS DT ARGENTINOS
La Argentina festejó por última vez en el Defensores del Chaco de la mano de Daniel Passarella como entrenador: 2-1 en 1997; luego, empató con Marcelo Bielsa (2-2), en tanto que con José Pekerman y Diego Maradona perdió, ambos partidos 0-1.
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triunfos consiguió la Argentina ante Paraguay y lleva una amplia ventaja en el historial, ya que sólo perdió 15 veces y los restantes 29 fueron empates.

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