lunes, 30 de septiembre de 2013

Sobre la hora, Mercado desató el festejo de River


En el Sur, en un final caliente, el defensor apareció en el minuto 90 para darle el triunfo a los de Ramón Díaz, que como Boca llegan victoriosos al Superclásico.-

Ese cabezazo goleador de Mercado, inesperado por la infalibilidad exhibida por ambos arqueros durante casi todo el partido, dejó parado a River en un escenario inmejorable. Porque, aunque lejos todavía del puntero Newell's, desde lo anímico llegará con un envión estupendo al duelo con Boca, el próximo domingo, por el Superclásico del fútbol argentino. Además, posicionando el partido de anoche en el cruce que se viene por los cuartos de final de la Copa Sudamericana, quedó como saldo demasiada bronca, algo que puede ser un ingrediente que atente contra el buen gusto de los partidos por venir.
A pesar de que Lanús y River piensan, sienten y juegan de modo diferente -hasta los módulos tácticos son distintos- lo que iguala a ambos equipos es que tienen arqueros con nivel de Selección Nacional. Tanto Marchesín como Barovero se lucieron una vez más, cumpliendo ambos tareas perfectas en los 45 minutos iniciales.
El equipo que conduce el Mellizo Gustavo pudo sorprender de entradas, pero Barovero reaccionó, a puro reflejo, y con una brazo izquierdo desvió el disparo. Más tarde, a pura velocidad achicó frente a un Melano con hambre de gol y anticipó a Silva, con barrida incluida, fuera del área.
La producción de Marchesín exhibió la misma eficiencia de su colega pero le agregó una espectacularidad singular. A Teófilo Gutiérrez le achicó el ángulo de disparo con un movimiento de manual. Nuevamente el negó el festejo al colombiano, desviado un derechazo que fue el broche de un encuentro a toque y devolución con Mercado. Finalmente, con un vuelo acrobático manoteó un misil recto de Lanzini.
River salió con sus conocidas precauciones de visitante pero esta vez le rindió frutos la presión sobre los tres mediocampistas locales, González, Somoza y Barrientos. Por hubo abundancia de pelotazos para Silva, quien terminó absorbido y controlado por los centrales Maidana y Alvarez Balanta, que muy atentos no le permitieron recibir ni girar. Otra llegada del visitante, con un remate de Kranevitter que se fue por arriba del travesaño, inclinó levemente el fiel de la balanza a favor del equipo plantado por Ramón Díaz.
Para el segundo tiempo, ambos entrenador pensaron en cambiar la realidad desde los cambios de protagonistas. Barros Schelotto recurrió primero al Marciano Ortiz y luego al Pochi Chávez para que su conjunto lograra tener más posesión de balón y desde esa condición producir más volumen de juego. Díaz puso en cancha al uruguayo Mora, de extremo por la derecha, imaginando una ubicación más central, bien de delantero de punta, para el colombiano. Igualmente, como tantas veces, las buenas intenciones no alcanzaron. Porque Mora, lejos de configurar una solución, complicó más el ataque de River. Y si a Ortiz la pelota no le llegó demasiado, Chávez tocó la pelota poquito y nada.
Barovero agigantó su figura poniéndole límites a un remate de Ayala y reduciendo las posibilidades de Pereyra Díaz. Somoza, con un rechazo centro su arco, casi resuelve lo que tanto le costaba a Lanzini, Mora, Ferreyra y Gutiérrez. Y en una jugada clave para la suerte de Lanús, un derechazo del Pulpito González pegó en un poste cuando el guardavallas de River estaba liquidado.
El partido tenía reservado su capítulo más intenso casi cuando el telón estaba a punto de caer y el empate lucía inmodificable. El frentazo de Mercado tras el rebote frontal de Marchesín hizo saltar de alegría a River. ¿Qué mejor en la antesala de la visita de Boca al Monumental? Nada, así parece, que esperar al clásico rival cabalgando sobre un triunfo valioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario