Y un día, Messi perdió con Cristiano Ronaldo
La Pulga no pudo conquistar su quinto Balón de Oro, en un 2013 que rompió marcas, ganó dos títulos pero sufrió cinco desgarros.-
Después de cuatro años consecutivos, Lionel Messi se quedó mirando cómo el ganador del Balón de Oro era otro y no él. Esta vez el que levantó el trofeo fue Cristiano Ronaldo, el delantero del Real Madrid que hizo 69 goles en 2013, contra los 45 que marcó La Pulga, en un año que fue de mayor a menor.
Hace un año, Messi ganaba el Balón de Oro por cuarta vez y superaba el récord que tenía el francés Michel Platini. ¿Qué mejor manera de comenzar la temporada? Así, entre goles, lujos y asistencias, llegó el 2 de marzo, cuando convirtió en el clásico frente al Real Madrid y alcanzó la marca de su compatriota Alfredo Di Stéfano como goleador del derby español, con 18 festejos en 25 encuentros. Y también en marzo, el 27, cumplió una "rueda" de gritos marcando consecutivamente en 19 encuentros.
A sus buenas actuaciones con el Barcelona se le sumaron las que tuvo con la Selección. Messi se convirtió en el líder del conjunto de Alejandro Sabella y fue la figura en el 5-2 sobre Paraguay en Asunción. Una noche histórica en la que señaló dos tantos y superó a Hernán Crespo en el segundo lugar de la tabla histórica de goleadores del equipo nacional.
En mayo, el rosarino se consagró campeón con el Barcelona de la Liga de España 2012/2013, y también fue el máximo anotador con 46 gritos, algo que le permitió obtener el Botín de Oro. Más adelante, el 28 de agosto, obtuvo la Supercopa de España frente al Atlético de Madrid de Diego Simeone, tras dos empates. Seis meses soñados. Increíbles.
Sin embargo, no todo fue alegría para Messi. El tobogán comenzó en abril, en el duelo ante París Saint Germain por la Liga de Campeones. En la noche parisina, el crack del Barcelona sufrió la primera de las cinco roturas musculares que tendría en el año. En agosto, estuvo ausente en dos períodos: primero, por una sobrecarga en el cuádriceps de la pierna izquierda que lo marginó del amistoso entre Argentina e Italia en homenaje al Papa Francisco, y días después, en la primera final de la Supercopa de España, fue reemplazado por un hematoma en el bíceps femoral de la pierna izquierda y estuvo una semana sin jugar.
En septiembre, ya con la Supercopa bajo el brazo, una lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha lo dejó tres semanas afuera de las canchas. Hasta que llegó noviembre y el año deportivo de Messi se terminó. Una rotura en el bíceps femoral de la pierna izquierda le pasó factura. El cuerpo médico del Barcelona dijo basta y lo licenció por tiempo "indeterminado". Fue, entonces, el tiempo de la recuperación en Buenos Aires, cerca de sus seres queridos. Fueron tardes agotadoras y calurosas en el predio de la AFA en Ezeiza para volver a ser lo que es, el mejor del mundo. Aunque el premio, esta vez, se lo haya llevado Cristiano Ronaldo.
Hace un año, Messi ganaba el Balón de Oro por cuarta vez y superaba el récord que tenía el francés Michel Platini. ¿Qué mejor manera de comenzar la temporada? Así, entre goles, lujos y asistencias, llegó el 2 de marzo, cuando convirtió en el clásico frente al Real Madrid y alcanzó la marca de su compatriota Alfredo Di Stéfano como goleador del derby español, con 18 festejos en 25 encuentros. Y también en marzo, el 27, cumplió una "rueda" de gritos marcando consecutivamente en 19 encuentros.
A sus buenas actuaciones con el Barcelona se le sumaron las que tuvo con la Selección. Messi se convirtió en el líder del conjunto de Alejandro Sabella y fue la figura en el 5-2 sobre Paraguay en Asunción. Una noche histórica en la que señaló dos tantos y superó a Hernán Crespo en el segundo lugar de la tabla histórica de goleadores del equipo nacional.
En mayo, el rosarino se consagró campeón con el Barcelona de la Liga de España 2012/2013, y también fue el máximo anotador con 46 gritos, algo que le permitió obtener el Botín de Oro. Más adelante, el 28 de agosto, obtuvo la Supercopa de España frente al Atlético de Madrid de Diego Simeone, tras dos empates. Seis meses soñados. Increíbles.
Sin embargo, no todo fue alegría para Messi. El tobogán comenzó en abril, en el duelo ante París Saint Germain por la Liga de Campeones. En la noche parisina, el crack del Barcelona sufrió la primera de las cinco roturas musculares que tendría en el año. En agosto, estuvo ausente en dos períodos: primero, por una sobrecarga en el cuádriceps de la pierna izquierda que lo marginó del amistoso entre Argentina e Italia en homenaje al Papa Francisco, y días después, en la primera final de la Supercopa de España, fue reemplazado por un hematoma en el bíceps femoral de la pierna izquierda y estuvo una semana sin jugar.
En septiembre, ya con la Supercopa bajo el brazo, una lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha lo dejó tres semanas afuera de las canchas. Hasta que llegó noviembre y el año deportivo de Messi se terminó. Una rotura en el bíceps femoral de la pierna izquierda le pasó factura. El cuerpo médico del Barcelona dijo basta y lo licenció por tiempo "indeterminado". Fue, entonces, el tiempo de la recuperación en Buenos Aires, cerca de sus seres queridos. Fueron tardes agotadoras y calurosas en el predio de la AFA en Ezeiza para volver a ser lo que es, el mejor del mundo. Aunque el premio, esta vez, se lo haya llevado Cristiano Ronaldo.
El camino de Cristiano estuvo plagado de polémicas
Una pelea con Blatter y una llamativa reapertura de la votación después de convertir tres goles en un partido, marcaron la relación del portugués con el trofeo.-
La designación de Cristiano Ronaldo como el mejor jugador de 2013, según FIFA y la revista France Football, tiene un camino detrás que generó más de una polémica antes de la gala de Zúrich de este lunes. Un cruce con Joseph Blatter y una votación que se reabrió después de una gran actuación del portugués son el eje del asunto.
A fines de octubre del año pasado, a Blatter se le ocurrió hablar de sus preferencias futbolísticas. Lo hizo en una conferencia en Oxford y ese encuentro, que parecía reservado para unos pocos, trascendió las fronteras y se metió en el mundo del fútbol. Allí, el suizo eligió a Messi por sobre Ronaldo y calificó al portugués como un "comandante sobre el campo de juego". Y hasta llegó a imitarlo con movimientos muy toscos, pero simpáticos. ¿Para qué? Cristiano explotó. Real Madrid, Portugal y los amantes de CR7 también y todos pusieron el grito en el cielo.
Blatter debió salir a disculparse, pero Cristiano se sintió muy dolido. Eso, además, lo subió más a su pedestal egoísta. "Creo que merezco el Balón de Oro todos los años", dijo. Y la FIFA le dio algo más que un guiño con un hecho que iba a levantar la bronca de los sectores antagonistas al portugués.
En noviembre la votación estaba cerrada y el ganador ya definido (obviamente, sin conocerse aún). Pero Cristiano la rompió en el repechaje para el Mundial de Brasil 2014 con tres goles y obteniendo la clasificación y llamativamente la FIFA decidió reabrir los sufragios. Así, les dio la posibilidad a los indecisos que voten a favor del portugués.
Al margen de toda polémica, el año de Cristiano fue fenomenal. Convirtió 69 goles y dejó muy atrás a Messi, con 45. No lo pudo coronar con un título grande, como esperaba hacerlo con el Real Madrid, pero la clasificación a Brasil 2014 compensó todo lo demás. Especialmente, si más de la mitad del boleto lo sacó el propio CR7.



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